22 de octubre de 2017

Chicago typewritter



Capítulos: 16 (1 hora)
Año: 2017
Sinopsis: Han Se Joo es famoso escritor que cuenta por éxitos cada uno de sus libros, arrogante y huraño, se topa con Jeon Seol que hace cualquier trabajo para subsistir, ella es muy fan de él, pero empezara a cogerle ojeriza al ver su verdadera personalidad. En medio de ellos surge la misteriosa figura de Yoo Jin Go, un escritor fantasma, quien viene a traerles a la memoria recuerdos de sus vidas pasadas en los años 30, en plena ocupación japonesa...



Todo lo que Goblin quiso ser y no pudo, así definiría este drama mezcla de fantasía y misterio. No las tenía todas conmigo al empezarlo, tanta buena crítica en lugar de atraerme me alejaba, pero sorpresas que te da la vida, logro gustarme bastante.

Han Se Joo es un metódico escritor que lleva años en la cresta de la ola y cuya popularidad no hace sino aumentar. Se Jo es una persona desconfiada, sarcástica y huraña, que de cara al público finge ser encantador y sociable. Todo esto es porque cuando era adolescente, después de perder a sus padres, fue adoptado por un escritor amigo de ellos, pero en esa casa solo conoció la amargura y la traición, personas que deberían haberle apoyado y ayudado solo vieron por sus intereses y él opto por endurecerse y ser borde con todo el mundo para que nadie le volviera a dañar. Pero cuando coincida con otros dos personajes, esa fachada de indiferencia se irá rompiendo progresivamente, además de que empezará una novela que, sin saberlo él, relata los hechos ocurridos en su vida pasada.

Jeon Seol es, como no, lo opuesto en personalidad a Se Joo, es íntegra y cariñosa, es afable y siempre se preocupa por ayudar, ella es fan de Se Joo, no se imagina él cuanto y desde cuando, pero Seol sufre una desilusión al ver como es realmente el escritor al que había idealizado y deja de ser fan. Pero a la vez, todo confabula para que no se separen ni un momento, para que se encuentren o se vean en todas partes y Seol, que a pesar de todo se ha ido enamorando de Se Joo, porque es como la llama que atrae a la polilla, tiene más problemas que enfrentar. A pesar de ser una tiradora experta, que casi fue a los Juegos Olímpicos, tuvo que dejarlo porque cada vez que cogía un arma tenía recuerdos de ella misma matando a alguien, solo más adelante comprenderá que esos recuerdos son reales y están relacionados con su vida pasada en los años 30.

Y precisamente para traerles esa vida pasada y sus recuerdos a Se Joo y Seol está Yoo Jin Go, un escritor fantasma. El personaje es el misterio del drama, cerca siempre de los otros dos protagonistas. Amable, tranquilo y simpático, no puede ser más opuesto al temperamental y dictatorial Se Joo y esa es una de las mejores dinámicas de la historia, porque el bromance es bastante bueno. Jin Go busca no solo que Seol y Se Joo recuerden a sus vidas pasadas, Ryo Soo Hyun y Seo Hwi Young respectivamente, sino también que terminen una historia inconclusa, porque Jin Go no recuerda completamente que es lo que paso en los años 30 y eso es algo de vital importancia para los tres.

Uno de los puntos fuertes para mí, aparte de los personajes, es que tanto la trama que transcurre en los años 30 como en el presente es interesante, ninguna de las dos pierde chispa ni garra, ambas te mantienen al borde del asiento, creo que es todo un acierto y la verdad no era fácil lograr algo así. Se Joo, Seol y Jin Go tienen reminiscencias de sus yos del pasado, aun así se diferencia bien a los personajes en una época y en otra y porque son como son según lo que les haya pasado. Para mi destaca el personaje de Se Joo y su vida pasada de los 30, Hwi Young, ambos fingen no querer, no necesitar, no importarles nada que no sea ellos mismos, pero luego vamos viendo el fondo, la razón de que sean como sean. La pericia del actor para emocionar en ambas partes dando un toque distintivo a ambos y que a la vez veas que están relacionados y que no se podría entender el uno sin el otro. Totalmente fascinante su interpretación, de no poder dejarlo de mirar ni un segundo.

La relación entre la pareja tanto en los 30 como en la actualidad me gusta mucho, quizás gana más los años 30, por esa contención continua, el peligro constante porque se estaban jugando la vida en una lucha sin cuartel contra los invasores y cualquier cosa podía ser usada en su contra. También por el aire romántico y melancólico que se le otorga, porque cuenta el sacrificio en pos de la libertad de toda una generación, la generación perdida de Corea y a la que se le hace un gran homenaje. Precioso y emotivo el momento en que Se Joo y Jin Go miran como ha desaparecido el edificio que simbolizaba la invasión japonesa y Se Joo da gracias a esas personas que sufrieron tanto y se sacrificaron para que los coreanos sean lo que son hoy. En eso me recordó a Gaksital y solté alguna lagrimita.

El final remata la trama a la perfección, se nota que es una historia que estaba muy madurada y pensada, los actores además están todos genial, con especial recuerdo para los tres principales, lo que lamento es que se viera poco de la relación entre Se Joo y Seol, sobretodo porque cuando ambos recuperan sus recuerdos de los años 30, entonces Se Joo se porta de una forma tan tierna y encantadora con ella, para comérselo de verdad, como se libera y se atreve a confiar y a amar. Me faltó más interacción entre ellos, lo que no pudieron desarrollar en la vida pasada verlo más en esta, no dudo del amor, porque se les nota en todo lo que hacen y dicen, pero una esperaba más besos y muestras de cariño. El que trate la historia de un escritor, con todo lo que eso conlleva, me he sentido muy identificada por lo que me gusta leer y escribir a mi también.

Un drama que tiene más de una lectura y que recomiendo bastante, en especial la actuación de Yoo Ah In, el escritor, me ha fascinado y le pienso seguir la pista, además es un dulce de lo guapo que es, aunque mejor el look de los años 30 que el actual, ese pelo del presente no le queda tan bien.


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